Es tiempo de replantear la estrategia vial en Monterrey. Las acciones y recursos deben apostarle a una ciudad más humana, incluyente y saludable, y no a la perpetuación del aislamiento, la contaminación y el tráfico que genera el dominio del automóvil en nuestras calles. La inseguridad vial, la obesidad, la contaminación del aire y los costos para los particulares, lo demandan.